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sexta-feira, 16 de julho de 2010

Matrimonio Gay na Argentina


Argentina sai na frente com união gay
Fonte:Viviane Vaz com Rodrigo Craveiro
vivianevaz.df@dabr.com.br

Brasília - Às 4h04 de ontem, sob um frio de 5°C e após 15 horas de debate, a Argentina tornou-se o primeiro país da América Latina a legalizar o casamento homossexual. Em meio a uma forte oposição da Igreja Católica, o Senado aprovou o casamento gay em uma votação apertada. Foram 33 votos a favor, 27 contra e três abstenções. Em Buenos Aires, ativistas gays e simpatizantes entoavam o hino argentino e gritavam: "Fizemos história!"
Na América Latina, o Uruguai e a Cidade do México deram o primeiro passo, ao permitir a união civil entre homossexuais. No entanto, a lei argentina é a primeira a autorizar o casamento - que garante todos os direitos sobre patrimônio, procriação e sucessão. No ranking mundial, a Argentina é o 10º país a aprovar o matrimônio, depois de países europeus, do Canadá e da África do Sul (veja o mapa). Apesar da boa recepção entre políticos brasileiros, a nova legislação no país vizinho, em um primeiro momento, pode provocar problemas para os casais gays argentinos que desejarem ingressar no Brasil. "Para um documento internacional ter validade no Brasil, é preciso que ele esteja dentro de parâmetros brasileiros, o que não ocorre com as uniões homoafetivas", explica Suzana Viegas, professora da Universidade de Brasília. "De início podem haver problemas em situações onde a certidão de casamento é um documento obrigatório, como para solicitar residência permanente ou para viajar com crianças, mas com o tempo as autoridades brasileiras devem se adaptar e a situação se normalizar".
Crónica de una noche helada en la Plaza
Primero hace frío, ya oscureció y hay mucha gente que está desde la tarde, en el escenario los músicos tocan, abajo caminamos entre banderas, entre termos: frío. Enseguida nos vamos encontrando. Conocidos de altri tempi, amigos de los chicos (esto está lleno de chicos), los que vinieron a acompañar, los que vinieron porque entendían que la ley construía un país mejor y no querían restar su ladrillo a esta construcción. Frío: idas y vueltas al café de enfrente. En la mesa de al lado está Claudio Morgado, del INADI, y unos muchachos con pinta de atareados, vienen cada tanto a secretearle cómo va la cosa. “Parece que van a meter modificaciones en particular y hay que volver a Diputados”, cuenta uno. Desde el plasma, los senadores hablan, pero el bar es bullicio. Se levantan para irse Nora y Ramona, una pareja ya casada: los parroquianos las reconocen y el aire es todo aplausos. Afuera ya cae la helada y sube la bruma. Los discursos nos llegan, amplificados, a la plaza. Somos muchos escuchando. “Fiesta, fiesta y matrimonio gay”, canta un grupito. Parece que sale, parece que sale. “Desempata Pampuro”, corre. Se arma un fueguito. Se arriman chicos de la mano, chicas de la mano, chicos y chicas de la mano. Se arriman otros, que no vinieron a esta marcha, que están acá. Y viene bien el fueguito. Hablan los jefes de bloque. Ya termina, ya termina. “Votación, votación” grita la muchachada aterida y con un miedito adentro: si esto no sale bien, va a salir muy mal. Pero viene bien. Autorizaciones, abstenciones, trámites. ¡Que se vote! Se vota, se vota. Un rugido viene de la carpa donde un par de plasmas recibe la transmisión con segundos de adelanto. Saltamos, nos abrazamos. Bueno, ahora sí se vota. Todos atentos. Concentrados. Fuerza, silencio. Y vuelve el rugido, y el grito avanza como un río que baja loco. Ganamos. Ganamos. Más abrazos, como en la tribuna, abrazos con los de uno y con quien sea que esté al lado. Esta felicidad desborda por muchos ojos.
fonte- http://www.ejornais.com.br/jornal_clarin_ar.html

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